5 nov 2010

De investigador/a a bioemprendedor/a: los primeros pasos

El mundo de los negocios es distinto al visto a través de un microscopio. Foto: Umberto Salvagnin
Muchas veces hablamos dando por hecho que ya tienes tu bioempresa en marcha y nos olvidamos de esa enorme etapa que transcurre desde que tienes tu idea hasta que formas la empresa. ¿En qué consiste esa fase? ¿Cuál es el camino que lleva hasta la creación de una empresa biotecnológica?



  1. La idea. Se trata sin duda del origen de todo: la ideación de una tecnología innovadora que pueda desembocar en un producto o servicio. Lo primero que debes hacer es desarrollar esa idea, y empezar ya los trámites de protección legal; además de buscar tus futuras fuentes de financiación.
  2. Descubrimiento de la tecnología y sus requisitos industriales. ¿Qué ventajas aporta? ¿Cuánto cuesta? ¿Es posible el escalado industrial? ¿Sería fácil su comercialización? Es el momento de realizar una evaluación inicial algo más profunda del producto y realizar una simulación de escalado industrial. Y no debes olvidarte de iniciar los trámites para patentar tu producto.
  3. Evaluación del mercado y de la normativa. Aquí empiezan los temas más delicados al constituir un mundo muy distinto al de la investigación científica. Tienes que pensar en la legislación, en cuál será tu mercado potencial, en la actitud de tus futuros clientes, y pensar en cómo reducir costes. Es también ahora cuando debes empezar a juntar un buen equipo a tu alrededor.
  4. Lanzamiento de la empresa. Llegamos al final (que es también el principio). Redacta un plan de negocio viable y busca socios para tu bioempresa que vengan del mundo empresarial (o, mejor aún, del mundo bio-empresarial). Necesitas rodearte de un grupo de gente multidisciplinar y aprender a delegar: científicos, gente con conocimientos financieros, especialistas en leyes, etc. Entre todos, con mucho esfuerzo, sacaréis la bioempresa adelante.

Lo que toca a partir de ahora es mucho trabajo, mucha previsión y mucha paciencia. No esperes ver beneficios hasta pasado un buen tiempo, así que intenta tener tu financiación asegurada por otras vías. Lo ahora es no dejar ningún fleco suelto y avanzar.

Eso sí, ten siempre muy presente que todo cambia muy rápido. ¡Sé flexible y que no te dé miedo cambiar de estrategia si ves que las cosas se tuercen! Y, sobre todo, infórmate y pide consejos a cada paso. Tus posibilidades de sobrevivir serán mucho mayores.

1 comentario:

  1. Me gusto mucho este enlace.
    Me acordé de una frase de Charles Darwin:
    “No es la más fuerte de las especies la que sobrevive, ni la más inteligente, si no la más receptiva a cambio”.

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