Siluria Technologies |
En los últimos meses ha ido teniendo lugar la que ya se ha llamado “revolución silenciosa”: el descubrimiento de yacimientos de gas natural en lugares insospechados, lo que ya ha provocado que países como Estados Unidos, hasta ahora el mayor importador de este tipo de gases, se haya convertido en exportador. Mientras tanto, científicos de todo el mundo se han puesto manos a la obra para intentar convertirlo en un sustituto del petróleo o en un nuevo biocombustible.
Una de las propuestas es la de la compañía sudafricana Sasol, que propone un proceso en el que se produciría un 80% de combustible, un 15% de nafta, y un 5% de propano. ¿El problema? El proceso de conversión en sí no es nada ecológico, ya que emite CO2 a unos niveles muy altos y provoca además una pérdida de combustible bastante importante (el producto final tiene tan solo el 62% de la energía que tenía el metano del que procede).
Otra propuesta que podría ser más interesante es la de Siluria Technologies, una start-up de San Francisco que está desarrollando un método alternativo que liberaría menos dióxido de carbono a la atmósfera. Para ello, han optado por producir etileno en vez de gasolina o diesel, un material que se puede utuilizar para plásticos, fertilizantes, pesticidas, neumáticos, etc.
La diferencia importante, no obstante, no está tanto en el resultado final como en el proceso que, a través de un nuevo tipo de catalizador, necesita menos energía -y por lo tanto emite menos CO2. El problema -porque a estas alturas de las investigaciones, siempre nos encontramos un problema -es que de momento este proceso tan solo se ha probado en el laboratorio, y no se sabe cómo funcionará a nivel industrial.
Pero eso no parece importar a la compañía, que confía en su producto y espera abrir una planta piloto en 2012 o 2013. ¿Tendrán ellos (parte de) la solución al problema de la energía?
Fuente | New York Times
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