Foto: IRRI Images |
Tan solo en Asia, el arroz alimenta a unos 3.000 millones de personas, y a muchos más en todo el mundo, pero todavía no es suficiente. El reto de los científicos es ahora desarrollar nuevas variedades que necesiten menos agua, crezcan más rápido y sean más resistentes a plagas (y, por lo tanto, necesiten menos pesticidas y fertilizantes).
Desde los años 60, es el International Rice Research Institute (IRRI) el que se ocupa del desarrollo y la investigación de estas nuevas variedades. Y ya se ha avanzado mucho: la producción de arroz es actualmente el doble o el triple que la que había en los 60, momento en el que la necesidad más acuciante era la alimentación de los millones de personas que se morían de hambre.
Ahora que esa necesidad está en Asia más o menos paliada (aunque todavía queda mucho por hacer), las investigaciones se centran en lograr que esas variedades de arroz sean sostenibles. Es decir, que no sean caras para los agricultores (los precios de los fertilizantes que utilizan ahora no hacen más que subir), que no provoquen polución, y que no necesiten tanta agua para sobrevivir.
O, como lo llaman los propios investigadores del IRRI, se busca un “súper arroz verde”: verde porque será más ecológico al crecer lo mismo o más con menos riego, y súper porque será más resistente a las sequías, inundaciones, agua salada, plagas de insectos y otras amenazas. La tarea es ardua, ya que requiere combinar los genes responsables de cada una de estas características buscadas hasta lograr tenerlo todo en una misma planta.
Aun así, los científicos responsables se muestran optimistas. Si todo va bien, en dos años los agricultores de ocho países en Asia y ocho en África tendrán acceso a la primera generación del Súper Arroz Verde. Mientras tanto, se seguirá investigando para que estos agricultores puedan producir más con menos y alimentar a una población que crece sin pausa.
Vía | VoA News
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