Imagen: LS9 |
En la búsqueda del sustituto perfecto (y final) para el petróleo hay muchos candidatos, pero una de las técnicas que podría jugar un papel clave en esta transición es la biología sintética. Son muchos los investigadores que se están volcando en perfeccionar la tecnología, entre los que se encuentran numerosas startups como LS9.
Esta compañía de San Francisco está utilizando la biología sintética para crear bacterias que puedan hacer hidrocarburos para gasolina, diésel y combustible para aviones. Las ventajas están claras: estos hidrocarburos pueden utilizar las infraestructuras existentes con más eficacia que el etanol, y son además más sencillas de producir.
Las investigaciones de LS9 están, no obstante, todavía muy verdes, aunque ya han logrado microbios que producen este tipo de hidrocarburos que pueden ser utilizados como combustible. El objetivo, no obstante, es ir más allá: lograr que la biología sintética cree productos especiales y mejores que los existentes (combustibles más potentes, gasolina sin azufre), etc.
La compañía tiene también en mente entrar en contacto con los fabricantes de etanol para lograr que cambien una tecnología por la otra. Al fin y al cabo, el etanol es tan solo una solución temporal: los combustibles a partir de hidrocarburos no se mezclan con gasolina y se producen de forma más eficiente. ¿Será la biología sintética el futuro de los biocombustibles? (¿o seguirán siéndolo las algas?).
Vía | TechnologyReview
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