La transición hacia un mundo con menos emisiones de CO2 hacia la atmósfera pasa, sin duda, por una sustitución en el tipo de combustibles que utilizamos, especialmente en el sector del transporte. Pues bien, parece que la cosa va lenta pero segura: según un estudio del Öko-Institut, en 2050 la Unión Europea podrá alimentar el 80% de todo su transporte con biocombustibles.
El aumento del porcentaje de biocombustible utilizado será cada vez más rápido. Así, según concluye el estudio, el transporte europeo utilizará sen 2020 biocombustibles en un 10%, en 2030 un 25%, hasta alcanzar el 80% en 2050.
El estudio llega en buen momento y coincide con lo dicho recientemente desde la Comisión Europea. Según el organismo, los biocombustibles tienen el potencial necesario para acabar con la dependencia europea de los combustibles fósiles, logrando que el sector del transporte europeo sea sostenible en 2050.
Todo esto deja bastante clara una cosa: la industria de los biocombustibles tiene mucho futuro, y todo cuando todavía no se ha dado con la fórmula definitiva para producirlos de forma industrial (aunque las algas parecen tener bastantes papeletas). El transporte es además el sector que tiene más cuestiones pendientes con el medio ambiente, ya que es el único sector que, desde la firma del Protocolo de Kyoto en 1990, ha aumentado sus emisiones en vez de reducirlas.
Por supuesto, habrá que esperar hasta 2050 para ver si las previsiones de este informe se cumplen, pero todo parece indicar que Europa se está poniendo por fin las pilas (recargables, claro) para garantizar un futuro algo más verde. La investigación en biocombustibles es algo cada vez más necesario.