Foto: Blake Patterson |
Smartphones, tablets, iPods... nuestros dispositivos son cada vez más potentes, pero también piden cada vez más energía, por lo que las baterías duran cada vez menos. Las investigaciones para acabar con este problema van en dos direcciones: por un lado, están los que intentan crear baterías con una mayor capacidad; por otro lado, los que nos ocupan hoy, los que intentan dar con el modo de cargar nuestros dispositivos en cualquier momento y cualquier lugar.
Una de las investigaciones que está teniendo mayor repercusión es la del doctor Zhong Lin Wang del Instituto Tecnológico de Georgia, que está trabajando en el desarrollo de un diminuto chip que se aprovecha del movimiento del cuerpo para generar energía, lo que se podría utilizar para cargar dispositivos móviles.
El chip ha sido creado a partir de nanocables de óxido de zinc, que generan electricidad al doblarse. Es decir, basta el más mínimo movimiento del cuerpo (incluso el latido del corazón) para crear energía. Además, la cantidad de electricidad generada será suficiente, ya que 500 de estos nanocables podrían introducirse en un pelo humano.
En un principio se planea que estos nanogeneradores vayan unidos a la ropa, pero el siguiente paso es fácil de adivinar, y ya son muchos los que sueñan con un futuro en el que estos chips se implanten en el propio cuerpo humano, convirtiéndonos a todos en una especie de cargadores humanos. Lo de buscar desesperados un enchufe se habrá acabado.
Vía | La Vanguardia
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